CC360/confitería del Molino
Copa MELBA (al plato)
Servir al plato esta “copa Melba”, uno de los más emblemáticos y exquisitos postres que recuerdan a la cocina de El Molino, es ciertamente, un guiño a nuestra época. Las grandes y altas copas que se usaban en El Molino se ven poco ahora. Al presentar el postre “al plato”, fusionamos los sabores de aquél tiempo con nuestra época, menos formal y más práctica, sin renunciar a las sensaciones que nos provocan los colores y las texturas de las cremas heladas y las frutas.
Para dos comensales, vamos a necesitar:
LAS FRUTAS1 durazno maduro
2 damascos
1 pelón
½ taza de frambuesas frescas
¼ taza de azúcar
2 nueces de manteca (2 cucharadas)
¼ cucharadita de extracto de vainilla
Para el ENSAMBLADO
2 galletitas tipo oblea
¼ kg de helado de vainilla o de crema americana
Preparando las FRUTAS
Lavar y secar bien las frutas, ya que serán utilizadas con sus cáscaras.
Con la ayuda de un cuchillo pequeño, partir el durazno, el damasco y el pelón por la mitad, y retirar los carozos.
Calentar una sartén mediana a fuego medio; agregar 1 cucharada de la manteca y el azúcar. Cocinar hasta que el azúcar empiece a derretirse y a formar un caramelo rubio.
Agregar las frutas con la carne hacia abajo y cocinar entre dos y tres minutos hasta que se doren, junto al caramelo.
Agregar un chorrito de agua para cortar la cocción, y en este momento agregar las frambuesas y el resto de la manteca y la vainilla, para aromatizar, redondear y abrillantar la salsa.
Retirar del fuego.
Para el EMPLATADO
Elegimos un lindo plato.
Para el EMPLATADO
Elegimos un lindo plato.
Si deseamos evocar la glamorosa época de oro de El Molino, podemos utilizar un plato de porcelana o loza antiguas.
Romper las obleas y ponerlas en el centro del plato.
Con una cuchara especial para servirlo, distribuir el helado en los platos, terminar con las frutas y una buena cantidad de la salsa.
Servir inmediatamente.
historia de la copa Melba
historia de la copa Melba
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Nellie Melba - Auguste Escoffier 1846-1935 |
Nellie, que se hallaba representando Lohengrin de Wagner en el Covent Garden, Londres, tenía sus más y sus menos con el Duque de Orleans. Este personaje se alojaba en el Savoy, cuyas cocinas regentaba el señor Escoffier.
Escoffier encontró que las fresas resultaban demasiado ácidas para el conjunto. Al día siguiente del banquete, habiendo encargado la diva un refrigerio para comer antes de su actuación, Escoffier colocó en un plato medio melocotón confitado sobre un poco de helado de vainilla y lo salseó con puré de frambuesa. Lo envió a la cantante con una nota: “¿Mejor así?”. La respuesta de Nellie no se hizo esperar: “¡Incomparable! Melocotones, vainilla y frambuesa forman la mezcla más conveniente que haya conocido. ¿Cuál es el nombre de esta divina receta?”, preguntó la diva. Al día siguiente a la hora de comer, el cocinero se dirigió a la mesa donde se encontraba madame Melba, se acercó a ella y le susurró el nombre del postre que ha pasado a la historia de la gastronomía: pêche Melba.
fuente El comidista por Miriam García.
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